En
un mundo como el nuestro es sumamente dificil encontrar algo tan puro
como el espacio vacio y el silencio. Vivimos invadidos por pensamientos y
emociones externas, y contaminados por el ruido. Somos seres
maravillosos, parte integral de un Universo majestuoso, incomprensible
en su misteriosa dimensión, pero amplio y suficiente, para que de forma
personal ,logremos un encuentro íntimo , con nuestro Creador y con
nosotros mismos. Aceptar un principio de origen, es un primer paso en la
comprensión de nuestra naturaleza, entre divina y humana. Todos
tenemos derecho a momentos necesarios de reflexión en los que podemos
apagar nuestro ruido interior y exterior, y desde nuestra cámara de
reflexíón , generar , interpretaciones y conceptos renovadores e
integradores como aporte para nuestros semejantes y fortalecimiento de
nuestro espíritú. No es necesario tratar de convertirnos en santos de la
noche a la mañana, pero si podemos dar pasos sinceros y afirmativos que
aporten en nuestro diario vivir elementos que nos acerquen y nos
permitan avanzar en el proceso de ser simple y llanamente, buenos seres
humanos.
Todos, llegamos al mundo, con la forma inmaculada de una página en
blanco en la cual comienza a escribirse una historia. Al nacer nos
desprendemos de ese espacio lleno de amor que es el vientre materno.
Situaciones algo traumáticas por lo desconocidas, aparecen ante
nosotros, el aire, la necesidad de aprender a respirar, la presencia de
la luz externa, voces y figuras que lentamente aprendemos a diferenciar
comienzan a contrastar los diferentes lapsos de nuestra existencia. El
calor reconfortante del amor materno, y la seguridad que brinda la
figura paterna son fuentes de afecto, seguridad y confianza primaria, a
ellos deben ligarse como complemento humanamente necesario, los afectos
filiales de nuestro núcleo familiar y a través de ellos una suma de
enseñanzas , que serán nuestra defensa ante las diferentes
circunstancias que rodean la vida en comunidad.
"Identifica tus miedos, busca su origen, enfréntalos, domínalos y encontrarás un camino seguro hacia la libertad."
Hace algún tiempo, una persona por la que guardo un profundo respeto y
admiración me regalo una silueta infantil en blanco, y a través de
esta figura el mejor objeto sanador que he recibido en mi vida. Como una
página en blanco, somos al iniciar nuestra vida me explicó, seres
inocentes e inmaculados, desprotegidos por la inocencia y la necesidad
de explorar nuestro entorno y de aprender de los espacios que habitamos y
de las personas que se encuentran en ellos, las bases del conocimiento
que nos marcan en el tránsito permanente de nuevos encuentros y
fenómenos presentes en las diferentes estructuras sociales por las que
caminamos. Vamos hacia ellos con los brazos abiertos, confiados en la
buena fé de sus acciones, en actitud permanente de recibir y asimilar.
Todos los seres avanzamos sobre un camino que es el reflejo y resultado
de un legado de aprendizajes que en orden ascendente hacen que
heredemos, fortalezas y debilidades. Las cadenas , de las heridas de
nuestro pasado, son el resultado de episodios, que de forma recurrente
han sido repetidas por las generaciones de nuestras familias. Para
nadie es ajeno encontrar en los ecos de su memoria, en la escuela, en
casa y en nuestro entorno social y emocional expresiones como:
usted no sirve para nada¡
¡ usted es la mayor frustración de mi vida¡
¡ llorón parece una niña¡.
¡ Este es mucho bruto¡
De forma paralela, la forma de encausar la rebeldía se encontraba
en el castigo físico, palmadas, bofetadas, latigazos, eran parte
cotidiana de la educación. Al decir eran lo hacemos como una forma de
ponerlas en su debido lugar, es decir en un lejano pasado de donde no
deben salir ni regresar jamás. Este es el conjunto de heridas que
arrojan como resultado las improntas de dolor que cargamos durante
nuestra existencia. Si no les ponemos punto final ,se repetirán en
nuestros hijos, en una cadena interminable que debemos entender y
romper para sanar.
Nuestra presentación inicial, puede no ser regla general, pero
desgraciadamente sí un fenómeno que afecta a la mayoría y hace parte de
la violencia heredada y que afecta el núcleo principal del tejido
social, que es la familia. Miedo, rencor, dolor, envidia, egoísmo,
venganza, son sentimientos negativos posibles de sanar a través de
nuestro reencuentro con el ser. Alejados de concepciones que limiten
nuestro espacio de acción liberadora, buscando en nuestro interior los
puntos de apoyo, para aportar a la sociedad, todos esos dones que nos
han sido concedidos por un poder superior, que aceptamos tal y como cada
uno lo conciba, sin limitaciones conceptuales, amplio , generoso y
lleno de bondad, que nos permitirá un nuevo encuentro y formula para
aportar desde el movimiento interior nuevos elementos que se reintegren
y articulen dentro del tejido social.
Adiós A Los Miedos
Hoy he abierto de par en par,
las puertas y ventanas de esta casa,
he borrado de sus paredes,
el pálido color de la soledad,
la jaula ya no es jaula,
la transformó la libertad.
El canto de un pájaro,
y sus alas extendidas,
en la plenitud de su vuelo,
me enseñaron,
que existe una fórmula para conjurar,
y derrotar los miedos.
¿Que son los miedos?
Le pregunté.
Son las cicatrices que heredas del dolor,
las engendran el temor y la oscuridad,
pero son solo una parte,
no la totalidad.
De ahora
en adelante esfuérzate en pensar,
que solo son pasado.
Cada uno a su manera,
es su propia cadena,
aunque esté, amarrado,
enjaulado o prisionero,
la claridad que brinda la luz espiritual,
es la base indestructible, del mejor regalo de Dios
que se llama libertad.
Envía tus miedos,
a dormir con el pasado.
Vive siempre el presente.
Cada amanecer hace posible un futuro mejor y vislumbrar un mundo nuevo.
Escoge bien los colores de tus nuevos paisajes.
Destierra para siempre los errores, decepciones y sinsabores.
Ninguno de ellos ha sido escrito con tinta indeleble.
Eres coautor del libro de tu vida,
y puedes borrar las páginas,
cuando quiera regresar alguno de ellos.
“Si no perdono no me sano, pues al cargar el dolor de la ofensa yo mismo me estoy condenando”